¿Somos la Extrema derecha?

Por: @Andreseliascom

Manifestación política en Praga, convocada por grupos ultraderechistas
 
Al tiempo en que daba la bienvenida a mi adolescencia, una enciclopedia de política con la que me topé en la biblioteca de mi padre, me presentó por primera vez el término extrema derecha enseguida relacioné la palabra con el fascismo o nazismo. Un tiempo después, lo mismo me sucedió con el término extrema izquierda, solo que esta vez, relacione la palabra con comunismo y socialismo.

Hasta hace pocos años esa relación de términos  eran  el paradigma que se anquilosaban en mis ideas, pero mientras mi interés en la política crecía y me involucraba más en ella, fui abriendo mis ojos a una aguda realidad: fundamentalmente la extrema izquierda y la extrema derecha son lo mismo.

El fundamento básico de ambas filosofías es similar: el colectivismo. Para entender mejor este termino, digamos que  el colectivismo sostiene que el individuo no tiene derechos, que su vida y su trabajo le pertenecen al grupo y que el grupo puede sacrificarlo a su antojo para sus propios intereses. Es evidente que la única manera de poner en práctica una doctrina de este tipo es por medio de la fuerza y el estatismo, que en ambos casos, siempre han sido el corolario político del colectivismo.

El comunismo y el fascismo son variables del colectivismo. Ambas sostienen que el grupo es más importante que el individuo, por ejemplo, que el individuo puede ser sacrificado por el “bien mayor de la cantidad mayor”.

El bien común que pregona la Doctrina Social de la Iglesia va en sentido contrario y moderado. Pero el colectivismo del fascismo y el socialismo creen profundamente en que el Estado debiese ser todopoderoso y la gente debe obedecer al Estado por el bien mayor. A diferencia del Bien común que pregona la DSI, ellos creen que es el Estado es  quien debe reconocer los derechos, no están arraigados en  el cuerpo y el  alma del individuo, sino que deben ser concebidos por el Estado.

El gran fraude en el que vivimos hoy en día es que nos han dividido en derechas e izquierdas y en sus extremos posibles. Un  Estado sano que desee mantener una sociedad sana debe  luchar porque las sociedades superen sus diferencias ideológicas y se reconcilien de forma tal que el tejido social se ocupe de unirnos en ideas comunes y no dividirnos en torno a ideas falaces.

Siguiendo esa línea lógica, hemos recibido últimamente muchos ataques en nuestra cuenta de twitter @votocatolicoec acusándonos de extrema derecha y fascistas. ¿Corresponde eso a la verdad? No, todas esas acusaciones son fundamentalmente engañosas. En el Observatorio nos enfocamos en promover la Doctrina Social de la Iglesia como el mejor plan de Gobierno. En defender la vida, la familia y la libertad religiosa.  Encarnamos acciones a favor no solo de nuestros propios derechos sino de ajenos.

Nuestras luchas y conquistan nunca van marcadas por una agenda religiosa sino por los derechos civiles, tan venido a menos en este país.

Si defender los Derechos Humanos nos endilga de forma facilona el mote de fascistas y extrema derecha, que lejos estamos de un país donde las ideas se debatan con altura.

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