Lo que los abortistas no quieren que conozcas #abortocero

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1. Toda acción terapéutica tiene como finalidad prevenir una enfermedad, curarla o, al menos paliar sus efectos en el paciente. Cualquier acción realizada por un médico que no cumpla alguno de esos fines, no es una acción terapéutica. Por ejemplo: cuando un galeno practica un deporte, tal actividad no es una acción terapéutica sino una actividad deportiva. En este orden de ideas, para que un aborto pueda ser onsiderado "terapéutico", debería poder prevenir, curar o al menos paliar una enfermedad materna. Ahora bien, con el avance de la medicina, no existe ningún caso en que los médicos deban elegir entre salvar la vida de la madre o la del hijo aún no nacido. La bibliografía académica en este sentido es unánime. Por ejemplo:

a) El Congreso de Cirujanos del American College de EE.UU., sostuvo: "... todo el que hace un aborto terapéutico o ignora los métodos modernos para tratar las complicaciones de un embarazo o no quiere tomarse el tiempo para usarlos... El aborto terapéutico, al implicar la directa destrucción de una vida humana, es contrario a todas las reglas y tradiciones de una buena práctica médica. Desde su mismo principio el enfoque del problema ha sido anticientífico" (Declaración de noviembre de 1.951, es decir hace más de 60 años).

b) La Academia Nacional de Medicina de Buenos Aires (Argentina), en idéntico sentido afirmó: "... terminar deliberadamente con una vida humana incipiente es inaceptable. Representa un acto contra la medicina, pues la única misión de cualquier médico es proteger y promover la vida humana, nunca destruirla... Con los adelantos tecnológicos actuales en reproducción humana para combatir la mortalidad perinatal, salvando fetos y recién nacidos enfermos, resulta un absurdo la destrucción de embrión y feto sano... También se utiliza para promover el aborto legalizado la mayor morbimortalidad materna del aborto clandestino. Se debe puntualizar que si bien la morbimortalidad materna es mayor en éstos últimos, no es exclusiva de ellos, pues el daño también es inherente al procedimiento mismo por la interrupción intempestiva y artificial del embarazo" (Declaración del 29 de julio de 1.994).

c) Más recientemente, la Asociación Médica Nicaragüense declaró que ".. no existe una situación, en la práctica médica actual, donde la vida humana, desde el momento de la concepción, deba ser intencionalmente destruida por medio del aborto con el propósito de salvar la vida de la madre... No existe indicación alguna para determinar que un aborto sea terapéutico. Terapéutico significa que cura o intenta curar, en tanto el aborto no cura ninguna patología, y siempre produce la muerte de uno de los integrantes del binomio madre-hijo, como es el niño concebido en el vientre materno" (Declaración del 29 de junio de 2.000). Subrayo que Nicaragua es el país más pobre -y con medicina más atrasada- de América Central.

En consecuencia, con el avance de la medicina, no existe ningún supuesto donde el médico deba optar entre salvar la vida de la madre o la del feto. Hay terapias adecuadas para intentar salvar ambas vidas.

2. Conforme todo lo dicho, desde el punto de vista jurídico, nunca se podría justifica practicar un aborto por el riesgo de vida de la madre. Esto por un motivo jurídicamente evidente: dos vidas humanas son equivalentes, ambas son personas físicas, iguales en dignidad y derechos y, por tal motivo, nadie podría reivindicar la potestad jurídica de hacer prevalecer una vida por sobre la otra.

a) Siendo esto así, resulta obvio que mucho menos podría justificarse el aborto en caso de peligro contra la salud materna -y no ya contra su vida-, En efecto, es evidente que la vida vale más que la salud. En efecto: quien vive puede tener buena, regular o mala salud; en cualquier caso,siempre tiene algún nivel de salud. En cambio, a quien se le quita la vida, no puede tener ningún nivel de salud, ni siquiera el peor de todos, por la sencilla razón que ha muerto. Esta realidad explica el principio bioético de totalidad, según el cual es lícito mutilar una parte del cuerpo para salvar el todo -es decir la vida del paciente-, cuando no haya otro medio terapéutico eficaz para ello.

b) Finalmente, debo subrayar que las estadísticas muestran claramente que la prohibición del aborto es también lo que mejor protege la vida y la salud de la propia madre. En efecto, en Finlandia se realizó el trabajo estadístico más completo en la materia. Destaco que Finlandia tiene uno de los sistemas sanitarios mejores del mundo, con tecnología y profesionales de primer nivel. Se estudiaron los registros de todos los nacimientos y abortos producidos en todas las mujeres finesas entre los 15 y 49 años. El seguimiento abarcó el período comprendido entre los años 1.987 y 2.000 inclusive. El resultado final muestra las siguientes tasas de muertes maternas cada 100.000 mujeres:

Embarazo terminado en parto: 28,2

Embarazo concluido por aborto espontáneo: 51,9

Embarazo finalizado por aborto procurado: 83,1

En consecuencia, las mujeres que se han provocado un aborto tienen 2,95 veces más probabilidades de morir que las que han dado a luz a sus hijos (Gissler et. al, "Pregnancy-associated mortality after birth, spontaneous abortion, or induced abortion in Finland, 1987-2000", publicado en el American Journal of Obstetrics an Gynocelogy, 2004:422-427).

Un importante indicador del estado de la salud mental de una población es la tasa de suicidios. Otro estudio realizado en Finlandia que abarcó la totalidad de las mujeres que se suicidaron en dicho país entre los años 1.987 y 1.994, determinó que la tasa de suicidios cada 100.000 mujeres fue:

Embarazo terminado en parto: 5,9

Tasa general anual para toda mujer: 11,3

Embarazo concluido por aborto espontáneo: 18,1

Embarazo finalizado por aborto procurado: 34,7

Vale decir que la tasa de suicidios es casi seis veces mayor entre las mujeres que se practicaron un aborto, comparadas con las que llevaron a término su embarazo (Gissler, Hemminki y Lonnqvist, "Suicides alter pregnacy in Finland, 1987-94: register likage study", publicado en el British Journal of Medicine 313:1431-4, 1996).

3. En conclusión, en caso de un embarazo peligroso para la salud de la madre, coinciden plenamente la ciencia médica y el derecho: lo mejor para ambos, es decir, la madre y el hijo, es llevar el embarazo a término -aplicando las terapias adecuadas-. En consecuencia, no hay ningún justificativo científico ni jurídico, para no penalizar el aborto en caso de peligro para la vida de la madre; puesto que dicha norma punitiva protege también -en forma secundaria e indirecta-, a la propia madre.
Jorge Scala




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