Oración del Observatorio católico



Nos disponemos bajo el amparo de Nuestra Señora del Buen suceso y recordando la consagración de nuestro país al Sagrado Corazón de Jesús.

Dios Padre Todopoderoso, te agradecemos por derramar tus bendiciones sobre nuestra nación. Bendice a todos los aquí presentes y a todos los que, a lo largo de esta gran tierra, trabajan duramente por el engrandecimiento de nuestra patria.

Ayúdanos a ver que la grandeza de una sociedad se encuentra sobre todo en el respeto que mostramos por los más débiles y necesitados de entre nosotros.

Así te alabamos por el don de la vida. Danos coraje para defenderla, porque sin la vida ninguno de los otros derechos está seguro. Te pedimos tu bendición sobre aquellos que están esperando a nacer, para que sean bien recibidos y protegidos.

Te alabamos y agradecemos el don de la libertad. Que esta tierra de los libres nunca carezca de aquellos que son suficientemente valientes para defender nuestras libertades básicas.

Renueva en todo nuestro pueblo un profundo respeto por la libertad religiosa: la primera y más valiosa de las libertades reconocidas en el pacto social.

Que nuestra libertad esté en armonía con la verdad; libertad ordenada hacia la bondad y la justicia.

Ayúdanos a vivir nuestra libertad con fe, esperanza y amor.

Haznos siempre agradecidos con aquellos que, durante más de dos siglos, han dado sus vidas por defender la libertad, en especial la del patriota Dr. Gabriel García Moreno. Encomendamos sus nobles almas a tu cuidado eterno, así como suplicamos la protección de tu brazo poderoso sobre nuestros hombres y mujeres.

«Haznos reconocer que la felicidad se fundamenta en el respeto de la ley natural. Sostennos con tu gracia de manera que podamos resistir a las tentaciones de substituir la ley moral con los ídolos construídos por nosotros mismos o de cambiar las instituciones que Tú nos has dado para la conservación de la vida y de la comunidad».

Oh, Dios de sabiduría, justicia y poder, pedimos tu guía para los que nos gobiernan: el presidente; el vicepresidente, La Asamblea Nacional, el Consejo nacional de Justicia, y todos aquellos, incluyendo a los gobernadores y a los Alcaldes, que buscan servir al bien común en un cargo público. Hazles a todos dignos de servirte a Ti sirviendo a nuestro país. Ayúdales a recordar que el único gobierno justo es el que sirve a sus ciudadanos más que a sí mismo. Con tu gracia, que todos los ecuatorianos elijan sabiamente al plantearse el curso futuro de la política pública.

Y finalmente, Señor, pedimos tu bendición para todos los que saldremos de aquí este día y para todos los que, en cualquier lugar, desean conducir sus vidas con libertad y justicia.

Te pedimos que recuerdes, como nos comprometemos a recordar, a los que no son libres, a los que sufren por causa de la libertad, a los pobres, los que no tienen trabajo, los necesitados, los enfermos, los que están solos, los perseguidos por sus convicciones religiosas, lo que aún sufren la guerra.

Así, querido Dios, bendice a Ecuador. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos, ¡amén!

No hay comentarios :

Publicar un comentario