Ser Progre no es elegante

NUEVA SECCIÓN: ÉRASE UNA VEZ UN PROGRE....

Colaborador: Andrés Elías
Síguelo en: @andreseliascom

Gran parte del contenido ideológico de los partidos de izquierda proviene de las democracias occidentales y no de los países del socialismo real, por lo tanto los progres le deben su eterno agradecimiento al capitalismo, pues fue este sistema económico que nutrió sus ideas de derechos civiles y reivindicaciones sociales.

Los progres caen en un recurrente error, combaten ásperamente a la Iglesia católica por el simple hecho de que es la institución a combatir, la combaten por todo lo que representa. Eso me recuerda que en la Revolución Francesa, donde las libertades era el mantra más repetido y sagrado. Se tuvo en la mira a la Iglesia por considerarla "No consecuente con la democracia", ya que el papa es elegido no por aclamación popular sino por un selecto grupo de Cardenales, esto, en su época fue considerado antidemocrático ya que el espíritu de la revolución dictaminaba que todo puesto de poder debe ser elegido por el pueblo.

Esta molestia trascendió al punto de inventar historias de bajo nivel de credibilidad que terminaron acentuándose en la memoria colectiva, uno de sus exageraciones fue la Santa inquisición.

El problema se presenta cuando combaten una institución que no conocen con objetividad, y la hacen cayendo en el irrespeto, en la falacia y en la sorna más incómoda.

El progre se sumerge tanto en la conceptualización intelectual que pierde de vista al elector que busca influenciar, según los estudiosos la gente no vota escogiendo modelos políticos y económicos, vota por factores subyacentes como personalidad y carisma de los políticos

Mas o menos la filosofía Progre se resume en este aforismo: Cuando un árbol esta muerto sus ramas son rígidas (esto representaría la Iglesia Católica) y se rompen con el viento, mientras que cuando están vivas son dúctiles y se mecen con la brisa (esto representa la lucha por el aborto, el matrimonio homosexual, etc).

La política se ha erotizado y el sexo se ha politizado. En las elecciones pasadas las organizaciones gays pusieron en aprietos a candidatos que no fueron los suficientemente progresistas y les hicieron conocer los costes de defender tesis muy conservadores, hace poco una sentencia obliga al pastor Zavala a pagar una considerable multa y la pérdida de sus derechos políticos. Reclaman un derecho y hacen perder otro, vaya esquizofrenia.

Ser progre no es elegante porque precisamente es un pensamiento dúctil, amoldado por las circunstancias, cambiante y siempre moviéndose en dirección a las tendencias políticas de vanguardia. En resumidas cuentas el progre no se sabe a dónde va y como barco a la deriva va sin rumbo, donde el viento sople.

Estos Outsiders politicos viven alejados y desconectados de la realidad, no conocen la pobreza de los suburbios guayaquileños o de los páramos serranos, el Sur de Quito es ignorado en sus tours por la capital. Realmente no les interesa la gente, les interesa ser elegantes con ideas progresistas y sofisticados en su retórica.

Para el outsiders progre, los conservadores somos reminiscencia de una época que murió. Ese "pensamiento" es el que les llevo a perder las últimas elecciones. Las tesis conservadoras salieron más fortalecidas que antes. De hecho, Rafael Correa se ha autodenominado un conservador en temas morales y progresista en temas económicos.

El Progre "es tan elegante" (léase, con sorna y desdén)  que no puede darse el lujo en tiempos que no sean campaña de visitar barrios periféricos, vive cómodamente discutiendo del aborto y el matrimonio homosexual en su celular de última generación en el cómodo sofá de su casa u oficina.

Ser progre no es muestra de la vigencia de las ideologías, sino todo lo contrario, el ejemplo patético de su desintegración y confusión total. La mentalidad liberal suponía un respeto por las opciones individuales tanto en la economía como en la vida privada. En Cuba se persiguió homosexuales, esta tergiversación de los progres es fruto de su naturaleza relativista.

Es un bazar de intelectualidades donde uno no tiene derecho a elegir, ya que el paquete completo incluye, legalización de drogas, matrimonio homosexual, aborto, y otros tópicos. Sarcasmo de la vida que el adepto, tenga que aceptar en bloque una serie de dogmas doctrinales para llamarse "progre", Relativismo que no permite el derecho a elegir cuando ellos proclaman la libertad de elección. Esto es palpable en grupos como Ruptura de los 25 donde ninguno discrepa de la posición oficial con respecto al aborto.

Ser progre no es elegante ni sofisticado, es la decadencia de la política, del derecho natural, es la infame imagen de políticos adaptados a la cultura más por verse elegantes que por necesidad. Ya no es la ética la que sustenta a la política sino que es la política la que justifica a una determinada ética hecha a la medida. Ese es el Progre, el que le ha quitado dignidad a la política.

EL poder político se autolegitima, el poder político no viene de la ética sino de su propia forma de actuar, ellos son los garantes de su verdad, perdieron los marcos de referencia, perdieron el sentido de las cosas.

Cuando la política busque su fundamento y fuerza en la ética habremos dignificado la política mientras tanto un grupo de progres insensatos seguirán gobernando dentro de sus controles remotos en una isla artificiosa llamada twitter.

Ser progre es apadrinar a la minoría porque resulta atractivo, no porque realmente les importe, de ser el caso donde están las ideas llevadas a la acción, cuantos progres va hacer obra social a enfermos de VIH, o algo por el estilo. El relativismo político de los progres nos ha inundado, pero como en su época fue el gangah Style y el Harlem Shake, esto también pasará buscando la última tendencia política de moda que los haga ver más elegantes.

Como el hipster es a la moda, el progre es a la política. Ser progre no es elegante.

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