Un peligroso discurso sexual

UN PELIGROSO DISCURSO SEXUAL

Reproducción original: @andreseliascom para  @sillavaciaec.

Con este título, la Revista vanguardia #374, del mes de Enero, reprodujo un artículo del prestigioso escritor Ian Buruma miembro de la organización Project Syndicate.

El autor es brillante, sin duda alguna!, a riesgo de no ser tachado de imparcial, he releído varias veces el texto, para PRECISAR, ciertas ideas que a mi juicio, debieron ser expuestas con mayor claridad, sin sesgo por parte del Sr. Buruma.

Recordémosle al Autor, que: “NO PORQUE SEA EXPERTO EN UNA COSA, ESO TE DA DERECHO DE SER EXPERTO EN TODAS”.

Antes que nada, nos unimos en oración con la familia de la joven víctima de la violación colectiva ocurrida el 16 de Diciembre del 2012 en Nueva Delhi.

El artículo en cuestión

El autor, comienza su artículo, invitando veladamente al lector a leer el discurso que Benedicto XVI pronunció el 21 de diciembre a la curia romana, los catolicofobicos, ni lo leerán, se someterán sumisamente a la dinámica del escritor. Yo si les dejo el link http://bit.ly/Ujp9nM.

La controversia que ha levantado este artículo, se da cuando el autor escribe: “Me atrevo a decir que, en realidad, su discurso (Benedicto XVI) alienta el tipo de agresión sexual que puede dar lugar a salvajadas como la de Delhi”. Si uno encaja dentro del perfil de los catolicofobicos enseguida esta acusación alimentará el prejuicio de que la Iglesia es homofóbica.

A continuación el autor hace un identikit a control remoto de los agresores, sentado en su cómodo sofá ubicado en alguna ciudad del mundo moderno, el Sr. Buruma establece un paralelismo entre violadores y homofóbicos, entre víctimas y homosexuales. Para darse ese lujo esgrime, inclusive, peligrosas caricaturas que solo pueden nacer de la mente del escritor.

Finalmente luego de un discurso impresionante, irrumpe diciendo: “hubiera sido bueno que el papa diga algo acerca de lo sucedido (refiriéndose a la violación)”.

Si este caballero le quiere manejar la agenda al papa, al menos que se convierta primero.

Que dijo el papa realmente

Para precisar, el mensaje del Papa no fue específicamente para solidarizarse con la injusticia que vive el mundo, recordemos que por esa fecha se daban y se siguen dando cruentos combates en Siria, o morían asesinadas víctimas del narcotráfico en México, familias lloraban a sus deudos víctimas de la delincuencia en la peligrosa Caracas y que por cada palabra que decía el papa en sus discurso un ser humano era abortado. El papa vive solidarizándose con víctimas de todo tipo, esta vez el discurso tenía una naturaleza diferente. Es evidente que el autor del artículo forzó buscar una excusa para hablar en nombre del papa y a través de él.

No se dejen confundir por estos escritores que quieren apropiarse de nuestra pereza intelectual, un vistazo detenido al mensaje del papa deja entrever la misión principal de su alocución: el tema de la familia y sobre la naturaleza del diálogo interreligioso, añadiendo después también una breve observación sobre el tema de la Nueva Evangelización.

Por eso en este primer artículo, te quiere hablar brevemente sobre la pereza intelectual.

Qué porque es Ian Buruma, debe tener razón…

Debemos olvidarnos de los marcos de referencia privilegiados, no estamos en el Ecuador de hace dos siglos, donde los criollos creían ser superiores a los mestizos. En un mundo tan globalizado como el de hoy, Dios puede arrojar valiosos intelectuales lo mismo en Inglaterra como en los Sauces, los ecuatorianos debemos olvidarnos de ese complejo tonto de pretender que la opinión de un extranjero debe ser tomada en cuenta por encima de nuestros propios @opinologos criollos. Es un nuevo frente abierto del típico #cliche: “lo extranjero debe ser mejor”.

Los católicos, por Dios, no somos menos que nadie, ni nuestra Fe es menos que nada, debemos rebelarnos del sentido de inferioridad y el complejo de sentirnos avergonzados de nuestra Fe. Nosotros creyentes y no creyentes hacemos importante a nuestro mundo gracias al valor de nuestras preguntas y a la profundidad de nuestras respuestas, si no somos capaces de observar con sentido crítico estamos jodidamente fregados.

La pereza intelectual ha permitido que nos digan fanáticos, idolatras, medievales, etc.. Ninguna afirmación de este tipo es comprobable por definición. Atención con esto: Debemos examinar las observaciones para comprobar las ideas, solo así nos daremos cuenta de los prejuicios que se ciernen sobre nosotros los católicos. Cualquier afirmación sin fundamento debe ser rebatida con la justa atención que la merece, ni más, ni menos. Pero si quieren ayudar en algo a la causa, CATOLICO, no debes dejar que nadie te diga nuevamente fanático ni idolatra, debes utilizar este momento para catequizar. No podemos evadir a San pablo ni a San Pedro.

#Noalaperezaintelectual

“Saber muchas cosas no es lo mismo que ser inteligentes, la inteligencia no es solamente información, sino también juicio, la manera de coordinar y hacer uso de esta información es lo que nos hace realmente inteligentes” decía Carl Sagan.

Por eso #noalaperezaintelectual, Fórmate e infórmate católico no pierdas el rumbo de tu Fe.

“Lo que distingue a nuestra especie es el pensamiento. Cada uno de nosotros es responsable en gran medida de lo que se introduce a nuestro cerebro, de lo que acabamos valorando y sabiendo cuando somos adultos”, continua el brillante astrofísico.

Por eso #noalaperezaintelectual, Es el momento que los católicos retomemos ese ámbito de lo intelectual, es el momento adecuado, podemos mediante el brillo de nuestro intelecto y el arma de nuestra oración conquistar los terrenos cedidos.

Se dice, que en el interior del cerebro humano, hay un equivalente a veinte millones de libros.

Existen millones de títulos, si leemos un libro por semana, a lo sumo, alcanzaremos a leer no más de dos mil o tres libros en toda la vida. Debemos fijarnos no en la cantidad sino en escoger de manera consecuente los libros que leemos. Hacerlo puede organizar mis ideas respecto a un tema o diluirlas con respecto a muchos. Por eso decirle #noalaperezaintelectual implica formar mi juicio y criterio, no a través de numerosos libros inconsecuentes entre unos y otros sino a tener una línea ideológica inclusive en cuanto a lo que leo

La pereza intelectual te niega el derecho a opinar de manera objetiva, te quita la capacidad de hablar con propiedad.

Comparados con un analista, líder de opinión o periodista nuestras opiniones son algo efímero, somos criaturas normales que viven toda su vida en consecuencia con nuestras aburridas profesiones. Desde el punto de vista de un ser anodino, los seres humanos somos imperturbables, monótonos, casi totalmente inconmovibles, dando apenas una ligera indicación de que hacemos algo alguna vez. Desde el punto de vista de un TUITSTAR, un ser humano como nosotros que no somos ni periodista, ni líderes de opinión, ni políticos, somos un diminuto mensaje en su timeline, uno de los decena de miles de mensajes que parpadean tenuemente sobre la pantalla extrañamente negra de su SmarthPhone.

Por eso, el peso de nuestras opiniones se da por cantidad -sin olvidar la calidad- de nuestro mensaje. Arriba los corazones, es hora de volcarnos a las redes sociales a proclamar nuestra Fe, inmensas hordas de jóvenes mostrando el evangelio del día, llamando al Angelus, pidiendo intercesión por alguna persona necesitada, haciendo campañas de justicia social como diciéndole #noalaborto.

Es corriente en muchas culturas responder que no podemos hacer nada para cambiar el mundo. Pero esto no hace más que aplazar la cuestión. Si queremos abordar valientemente el tema, la pregunta siguiente que debemos formular es evidentemente: ¿Qué podemos hacer por vivir de forma coherente mi Fe y mi vida pública?. Y si decidimos que esta respuesta no tiene contestación. Porque no nos ahorramos un paso y decidimos que la coherencia de los santos, simplemente fue casualidad de circunstancias.

Hay en este complejo de inferioridad católico, el concepto profundo y atrayente de sentirnos menos por ser creyentes. Estas seductoras ideas están atemperadas por otra quizás más grande todavía, la de sentirnos Víctimas del mundo en el que nos toco vivir, bujajaja.

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