La Tolerancia

Escrito por: Andrés Elías

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Supone un rasgo muy común en los católicos que constantemente seamos enfrentados por nuestras creencias ya sea en el instituto, en el trabajo, en la vida social, siempre seremos merecedores de los prejuicios negativos de cierto sector de la sociedad que tiene los temas listos para increparnos: pedofilia, Riqueza de la Iglesia, discriminación, intolerancia, etc.

Y sobre este último punto quiero reflexionar, en días pasados en Ecuador se armó una batalla en redes sociales por una acción que lanzó un movimiento a favor de concientizar a los católicos sobre los peligros que supone escuchar a la banda española Mago de Oz. El grupo de heavy metal estuvo de gira por el país presentando su último disco “Hechizos, pócimas y brujerías”, dicho agrupación tiene letras con contenido altamente anticatólico, en sus shows se ofende, se insulta y se ultraja los valores cristianos de la sociedad.

La iniciativa en redes sociales intentaba generar conciencia de como los católicos debemos ser coherentes con nuestra Fe en todos los aspectos de nuestra vida; desde la música hasta la política deben guardar consistencia con lo que creo. Se intentaba educar sobre el respeto a los diez mandamientos, el mensaje entre líneas era “Nosotros respetamos los diez mandamientos, no uno, no dos, sino el decálogo entero.”

Otra idea que se comunicó era que no somos católicos progresistas, comunistas, libertarios, partidarios de la teología de la liberación, somos católicos de una sola pieza sin adjetivos seguidores de la misma doctrina. También se intentaba inculcar que la Iglesia católica no es la institución a derrotar o apedrear con insultos. Es un despropósito pensar que ser rebelde es sinónimo de estar contrario a la Iglesia. Que mayor rebeldía con el establishment que ser contrario a los valores del mundo.

La iniciativa se salió de contexto, y se armó una guerra mediática que duró hasta el día siguiente, dicho suceso fue comentado por ciertos medios de comunicación y lo que más resaltaba era la intolerancia de los católicos hacia los diversos estilos musicales.

En vista de los comentarios que recibí en mi cuenta personal, decidí reflexionar sobre el tema y actuar sobre el fruto de esas reflexiones.

Según el portal wikipedia, el término tolerancia puede referirse a la acción y efecto de tolerar o aguantar a un individuo, soportar el comportamiento de una persona. ¿Eso quiere decir que debemos tolerar el comportamiento de un hombre sumergido en las drogas y dejarlo que viva la vida como él la escogió vivir? Definitivamente NO. En todo caso ¿tratar de ayudarlo sería un acto de intolerancia? o ¿cómo zanjamos esta cuestión?.

En el 2008, SS Benedicto XVI nos dio la respuesta: "una tolerancia que no supiese distinguir el bien del mal sería caótica y autodestructiva, una libertad que no respetase la de los demás y no hallase la medida común de nuestras libertades sería anárquica y destruiría la autoridad. El diálogo que no sabe sobre qué dialogar se convierte en una palabrería vacía".

En este contexto subrayó que todos estos valores "pueden ser verdaderos únicamente si tienen un punto de referencia que les une y les confiere la verdadera autenticidad". Este punto de referencia es "la síntesis entre Dios y el cosmos, es la figura de Cristo en la que aprendemos la verdad sobre nosotros mismos y también dónde situar todos los demás valores, para descubrir su significado auténtico".

Bajo estas líneas SS Benedicto XVI agudamente nos trata de decir que la sociedad ha pedido sus marcos de referencia, la ciencia para el aborto, la naturaleza para la homosexualidad y los diez mandamientos para la tolerancia, por ende, sin un punto de referencia, toda intento de corregir al prójimo y la sociedad es sacado de contexto y usado en nuestra contra para ponernos el rotulo de intolerantes.

La mejor forma de empezar el diálogo con personas contrarias a nuestra creencia, es iniciando sobre los puntos que nos unen, no sobre los que nos dividen, de esta forma podemos alcanzar los acuerdos mínimos que marquen un punto de partida en la incidencia que podamos alcanzar sobre una sociedad.

Como católico se nos ha enseñado que debemos amar al pecador y despreciar al pecado, en consecuencia debemos denunciar las mentiras y el error por amor al prójimo, no podemos convertirnos en cómplices y encubridores de la ausencia de la verdad.

Aclarando que debemos ser intolerantes frente al pecado, la siguiente cuestión que se pondera es como debemos expresarnos en este mundo donde todos se victimizan y la discriminación está a la orden del día.

La prudencia es la virtud que debe guiar nuestra tolerancia, ya que nos ayuda a discernir la forma como denunciamos los hechos. La prudencia es una buena consejera, un hombre prudente ordena su juicio en razón a dicha virtud y es casi imposible para él aplicar con error los principios morales a los casos particulares y superamos las dudas sobre el bien que debemos hacer y el mal que debemos evitar (CIC)

No podemos de dejar de denunciar lo incorrecto de este mundo por absorber ideas predominantes, recordemos que no porque lo practique una gran masa se vuelve lícito. La tolerancia es correcta cuando se enmarca bajo la Gloria de Dios, nos convertirnos en intolerantes cuando despreciamos al ser humano que comete la falta y le negamos nuestra ayuda.

Por otro lado, denunciar siempre lo correcto, siempre estará bien, sin excepciones, una sociedad que intenta callarte es una sociedad intolerante, recuerda la primera acción que hace el violador con su víctima es pedirle mediante amenazas que guarde silencio, así el podrá seguir usando a su víctima y ella seguirá permitiéndolo. Pues en nuestro caso no podemos permitir que nos intenten acallar bajo la excusa de la intolerancia y la discriminación. Debemos ser fieles a Dios en todo momento y en todo lugar, así eso nos reporte uno que otro insulto. Agarrar la cruz también aplicaba al insulto y la burla, aún así no conozco nada que reporte mayor sensación de justicia que la coherencia de vida.


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