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“Pensando en Dios”
Encender la luz de tu dormitorio donde has dejado una ventana abierta puede llegar a convertir el lugar en un cementerio de insectos. La luz propiciará un ritual perturbador, los insectos voladores ingresarán a tu dormitorio en manadas incontables volando antojados alrededor del bombillo encendido, como queriéndose inmolar en una ofrenda de luz y calor.
Pero todo este baile frenético de muerte involuntaria tiene una explicación científica. Los insectos voladores vuelan hacia un bombillo encendido y no es una eventualidad.
¿Nos preguntamos porque se suicidan los insectos alrededor de un foco encendido? Esto no es suicidio colectivo de insectos. El aparente suicidio surge como efecto colateral involuntario. ¿Efecto colateral?… ¿de qué? Bien, la luz artificial del bombillo es un actor reciente en la escena nocturna. Hasta hace muy poco, las únicas luces noctámbulas eran las estrellas y la luna. Los entomólogos que son los profesionales que estudian los insectos, han descubierto que los insectos utilizan astros tales como el Sol y la Luna para orientarse y utilizan esa luz como una brújula.
Aunque el vuelo de los insectos resulte ser fatal en este caso, la regla de orientación nocturna es una buena regla, porque, para un insecto nocturno la observación de un foco encendido es extraña en comparación con la observación de astros brillantes. Por cada insecto que vuela antojadizamente alrededor de nuestro bombillo hay millones que silenciosa y eficazmente están dirigidas por la Luna o por una brillante estrella.
Solo vemos a los insectos muriendo tontamente alrededor del bombillo y hacemos la pregunta incorrecta, que con seguridad nos llevará a la respuesta incorrecta, porque una pregunta mal planteada, no puede producir una buena respuesta: En esta circunstancia particular nos preguntaremos ¿por qué eligen morir alrededor de un foco todos esos insectos? Eso nunca originaría una respuesta del tipo: los insectos tienen sistemas nerviosos que las dirigen manteniendo un ángulo fijo hacia los rayos de luz, la pregunta correcta sería ¿Cuál es el mecanismo que hace que los insectos vuelen alrededor de mi foco?
Mi idea es que debemos replantearnos las preguntas que nos estamos realizando antes de incluso intentar una respuesta inteligente. Trasládelo a usted mismo y dese cuenta como nos estamos planteando mal los problemas de la vida, preocupados porque todo se nos muestra en contra, nos interrogamos ¿Porque Dios me envías tanto? En lugar del reproche alimentado por los avatares de la vida, deberíamos preguntarnos ¿Para qué Dios me envías tanto, que debo de aprender, como debo santificarme?
Cuando la pregunta se replantea, el drama desaparece.
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En momentos de aflicción es cuando más debemos recordar hacer la pregunta correcta, pero en momentos de alegría también deberíamos hacerla porque Dios nos da esos momentos también con un propósito y generalmente ahí es cuando más nos separamos de El porque como tenemos todo no lo necesitamos.
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