Felicitamos la
iniciativa de Diario El Universo “Guía para padres: los límites enseñan” por su
valioso aporte a la formación y orientación de los padres de familia, no
obstante, en la edición número 13, hemos podido constatar una información
sensible que se ha presentado de forma ligera y que la ampliamos con esta carta
dirigida a los lectores en general.
Según el suplemento “la
masturbación infantil es normal y forma parte de los comportamientos esperados
en niños y niñas sanos”. Según evidencia científica que adjuntamos a
pie de página: “la masturbación se debe a un egoísmo absoluto. “La persona desea
tener placer sexual, pero sin que intervenga ningún otro ser humano,
además, suele provocar daños
psicológicos. Entre ellos, dificulta relacionarse con las personas del sexo
complementario, aún en las cuestiones de la vida cotidiana[i]”. Incluso
para Freud “el masturbador incurre en riesgo de bloquear el desarrollo y
maduración de su psicoafectividad”.[ii]
La práctica habitual de la misma,
conduce a graves desequilibrios nerviosos”[iii]
No es inteligente considerar
la masturbación como algo natural, pues causa una serie de
trastornos en el adolescente, ni que decir al niño, estos trastornos permean el
lado afectivo, psicológico, intelectual, etc.[iv]
“La masturbación daña la capacidad de amar porque se la asocia
con fantasías. Durante el placer
sexual, el cerebro secreta epinefrina, que ayuda a fijar las imágenes sexuales
en la memoria. Durante el acto, las imágenes sexuales van quedando grabadas y
en lo posterior dificultarán el amor hacia la pareja”[v]. La masturbación no contribuye a la
superación del problema sexual, conduce por sí misma, a la larga, a una
erotización mayor y a una obsesión creciente, de modo que a la larga el
problema no se soluciona de modo alguno con ella. El Dr. José Poveda Ariño dice que la
masturbación es un fenómeno evitable por cualquier persona normal.
Si nos fijamos en
las cualidades que una mujer busca en un hombre –valor, desinterés propio,
fortaleza, honor, seguridad en sí mismo - nos daremos cuenta, que la
masturbación es básicamente lo opuesto a todas ellas. En vez de aumentar la seguridad propia, la
masturbación debilita la imagen propia del hombre. En vez de hacerse valiente y
fuerte, lo despoja de su fuerza.
Agradecemos el
espacio que hemos tenido de parte de Diario El Universo para ampliar las
consecuencias de la masturbación infantil y les deseamos que sigan orientando a
los padres y recordándoles que como ciudadanos propondremos siempre nuestra
ayuda para mejorar el aprendizaje a nuestra población en lo concerniente a
educación sexual.
Andrés Elías
Observatorio
Católico del Ecuador
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