En materia de Vida, la ONU intenta entrometerse en la soberanía ecuatoriana



Cuatro relatorías del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) están preocupadas por el tratamiento que ha dado el Gobierno ecuatoriano a la despenalización del aborto en el Código Orgánico Integral Penal (COIP) y por las críticas a las tres legisladoras que respaldaron esta tesis.

El COIP se aprobó el 17 de diciembre pasado y el día de hoy el presidente ha decidido no vetar el art. 150.

Un mes antes (4 de noviembre), el presidente del Grupo de trabajo sobre la discriminación contra las mujeres, Frances Roday; el relator sobre el derecho de toda persona al disfrute de la salud física y mental, Anand Grover; el relator sobre la tortura y otros tratos crueles, Juan Méndez; y la relatora sobre la violencia contra las mujeres, Rashida Manjoo, recordaron al Gobierno los tratados sobre derechos de las mujeres para exhortarlos a despenalizar el aborto por violación.
Le recordamos a la ONU, que el aborto no está reconocido como un derecho en ninguna legislación. También le recordamos con palabras del papa Francisco, el compromiso de la Iglesia con la Vida humana:


Entre esos débiles, que la Iglesia quiere cuidar con predilección, están también los niños por nacer, que son los más indefensos e inocen­tes de todos, a quienes hoy se les quiere negar su dignidad humana en orden a hacer con ellos lo que se quiera, quitándoles la vida y promovien­do legislaciones para que nadie pueda impedirlo.


Frecuentemente, para ridiculizar alegremente la defensa que la Iglesia hace de sus vidas, se pro­cura presentar su postura como algo ideológico, oscurantista y conservador. Sin embargo, esta defensa de la vida por nacer está íntimamente li­gada a la defensa de cualquier derecho humano. Supone la convicción de que un ser humano es siempre sagrado e inviolable, en cualquier situa­ción y en cada etapa de su desarrollo. Es un fin en sí mismo y nunca un medio para resolver otras dificultades. Si esta convicción cae, no quedan fundamentos sólidos y permanentes para defen­der los derechos humanos, que siempre estarían sometidos a conveniencias circunstanciales de los poderosos de turno. La sola razón es suficien­te para reconocer el valor inviolable de cualquier vida humana, pero si además la miramos desde la fe, « toda violación de la dignidad personal del ser humano grita venganza delante de Dios y se con­figura como ofensa al Creador del hombre »

Desde el Observatorio rechazamos a la ONU y su intento de vulnerar nuestra soberanía. Trabajaremos para que ninguna ONG internacional intente presionar a los ecuatorianos a aceptar tesis evidentemente promuerte.

Observatorio Católico
@votocatolicoec

No hay comentarios :

Publicar un comentario