“Soy el Arzobispo de Guayaquil”


Flower Bastidas conduce el carro oficial de Mons. Arregui desde hace más de seis años


Flower Bastidas Regalado, trabaja desde hace más de dos décadas al servicio de la Arquidiócesis de Guayaquil. Dentro de ese lapso de tiempo ha conducido los vehículos de diferentes personalidades eclesiásticas desde el Cardenal Bernardino Echeverría (Cotacachi, 12 de noviembre de 1912 - + Quito, 6 de abril de 2000) , pasando por Mons. Juan Larrea Holguín (Buenos Aires, 10 de agosto de 1927 - † Quito, 27 de agosto de 2006) hasta el actual Obispo de la ciudad Mons. Antonio Arregui (Oñate, Guipúzcoa, 3 de junio de 1939).
En un diálogo exclusivo con esta redacción, Flower nos reveló las anécdotas que han marcado sus más de 29 años de trayectoria al servicio de la Arquidiócesis.

OC.- ¿Cuál es la anécdota que más recuerda de Mons. Juan Larrea Holguín?
Flower: De Mons. Juan Larrea Holguín la anécdota que más recuerdo es cuando en ese entonces siendo Obispo de Guayaquil, una vez me llama y me dice:

-          Flower yo ya me voy (dejaba el cargo por ese entonces Mons. Juan Larrea H.)

-          Yo le respondo, me voy también Monseñor.

-          No usted se queda  y yo lo voy a recomendar porque  el que viene (el nuevo Obispo) es un santo, al cabo de unos meses me llama un sacerdote y me informa que Mons. Holguín está en la clínica Alcívar, me pregunta si lo puedo ir a visitar, me dirijo al cuarto de Mons.  y al verme me pregunta con naturalidad

-          ¿Cómo se encuentra en el trabajo Flower?

-          Su excelencia, como me va ir mal, si  un santo me recomiende a otro santo.

Acerca de la enfermedad de Monseñor Arregui
Cuando Monseñor Arregui cayó enfermo (2012), llegue al Palacio Arzobispal a las seis de la mañana, baje a la Catedral,  me dirigí  hacia la cripta donde se encuentra el cuerpo de Monseñor Holguín y le recé con esperanza: “Su excelencia si usted me recomendó con un santo, no permita que se vaya, no me lo quite”. Confié mucho en él y estoy seguro que intervino para que Monseñor Arregui aún siga con vida. Escuchó mis palabras angustiadas.
OC.- ¿Qué es lo que más rescata de estos 29 años de servicio?
De estos 29 años lo que más rescato es la atención de los diferentes Obispos para conmigo y mi familia, ha sido una experiencia linda, la convivencia con los Obispos ha sido gratificante. Vengo con un gusto a trabajar.

Estoy todos los días puntual porque me da una alegría venir. Le llevo con alegría la agenda a Monseñor, le recuerdo los compromisos y para mi es una alegría estar junto  a él. Mi familia ve la alegría que yo llevo a la casa, del trabajo y lo que proyecto en ellos es felicidad.
 OC.- ¿Cuáles son las diferentes situaciones que vivió con cada uno de los Arzobispos que trabajó?

Cada uno era diferente. Mons. Echeverría era muy bromista. Mons. Larrea era un libro abierto, le podía consultar cualquier cosa.  Mons. Arregui  es muy cercano, nos reímos juntos, me comenta situaciones.
Con Mons. Arregui tengo una anécdota divertidísima, cuando fuimos un día a un evento militar y le toca oficiar misa, no le habían avisado que a poco más de un metro estaban las salvas, en el momento que  Mons. eleva la Sagrada Eucaristía, disparan las ráfagas y su excelencia se agacha reaccionando instintivamente al estruendo de las balas. Fue un momento divertidísimo.

De Mons. Echeverría, recuerdo una anécdota que me tocó vivir con él,  en la época que León Febres-Cordero era Presidente. Un día nos fuimos a Tenguel a un evento militar, y los señores de la Aduana nos piden que detengamos la marcha del carro. Mons. Echeverría me dice que no detenga la marcha porque íbamos atrasados al compromiso.
Al cabo de un minuto, la patrulla nos cruza el carro, nos hacen bajar del mismo y nos tenían apuntados con armas. Mons. Bernardino dice: “Soy el Arzobispo de Guayaquil” eso no impidió que revisaran todo el carro, como estábamos camino a Machala en un encuentro con el presidente, nos tocó mostrar la invitación del acto al que asistíamos.

Las propias autoridades ordenaron que la patrulla que minutos antes nos había detenido abruptamente sea la que nos escolte hasta llegar al evento.
Cuando llegamos, Monseñor cuenta la anécdota, un coronel pidió disculpas por el mal rato y mencionó que iba a sancionar a las personas que habían participado de este episodio. Monseñor intervino y dijo que no convenía que los sancione porque ellos cumplían su trabajo, él había dado la orden de avanzar. Y fue así como no sancionaron a los militares.

¿Cómo fue su experiencia con el papa Juan Pablo II?
Tuve la alegría de verlo, fue una experiencia lindísima, ver el rostro de Dios reflejado en su rostro. Me contaba un compañero que cuando San Juan Pablo II abrió la puerta del avión, su esposa se llevó una tremenda impresión. En ese momento mi compañero y su esposa estaban atravesando una crisis matrimonial y se encontraban peleados. La esposa de mi compañero al sentir el impacto de ver a San Juan Pablo II sintió la necesidad de buscar a su esposo para contarle lo sucedido. Mi compañero que había tenido el mismo impacto, también tenía la urgencia de contarle a la esposa lo que había sentido al ver al entonces papa, fue así como este Santo intervino para que un matrimonio se salvara.

 El diálogo con Flower fue muy fructífero, irradia la alegría de llevar por antigüedad ser el empleado con más años trabajando en la Arquidiócesis. La misma alegría y pasión que lo mueve a él por asistir puntualmente a su trabajo es la misma alegría que nos mueve a nosotros por servir al señor.
 Un poco de historia…
* Mons. Bernardino Echeverría Ruíz, segundo Arzobispo de Guayaquil, el 7 de Junio de 1969, toma posesión canónica de la Arquidiócesis.

 *Mons. Juan Ignacio Larrea Holguin fue Obispo de Guayaquil por más de diez años y y el primer miembro de la
prelatura del Opus Dei en el Ecuador. Además, fue un destacado jurista, frecuentemente consultado sobre temas del Derecho Civil ecuatoriano y autor de más de 60 libros de jurisprudencia. La diócesis de Guayaquil ha iniciado su proceso de beatificación.

 * Mons. Antonio Arregui desde
1965 desempeñó su labor pastoral en Quito, dedicado a los jóvenes, profesionales, familias y trabajadores. Fue obispo auxiliar de Quito y obispo de Ibarra. Este último cargo lo desempeñó hasta mayo de 2003, en que fue nombrado arzobispo de Guayaquil, en sustitución de Juan Larrea Holguín. Desde abril 2008 hasta el 2014 fue el presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana.

El papa
Benedicto XVI le nombró miembro de la XIII Asamblea General del Sínodo de Obispos. Este sínodo se celebró en octubre de 2012 en la ciudad de Roma, bajo el tema de “La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristina”[. En Junio de este año presentó su renuncia como Obispo por haber cumplido la edad límite de 75 años para ejercer el cargo.

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